jueves, 27 de enero de 2011

Amor en el Aire en Radio Nacional Clásica FM 96.7

En algún momento que a veces es mejor guardar profundo, muy profundo, y dentro, donde no se pueda seguir, pasó. Por accidente, o como haya sido, el amor destelló entre dos almas, a festejar el aire, viendo crecer en frutos, su entrega mágica; crecer, realizar esa proeza, desafiarse, mientras la vida cambia. Va cambiando. Va encontrando. La vuelta. La felicidad. El arte hecho para uno. La creación en las manos del hombre. Y la hermana, la familia. Se puede ser, se pudo ver, rotunda en el instante de la espina a la mujer y el sueño, en sueños. Perdón. La mujer. La tierra abrazadora de los pasos, que temerosos o seguros se deslizan en tierra, tierra firme, confidencial, estallada, propicia. Entonces, la confianza. El todo. Uno y otro encontrados en su causa. El todo y sus lánguidos espejos, que ahora son criaturas fusionadas, dulzura dentro del reflejo, como un ámbar, las sonrisas mutuas, el bien recíproco.



Y fue tal, que se hizo imposible, cristalizado en festejos estelares, otra constelación de tanto amor con sus recovecos y sus fuentes, y las cosas, que vemos desde aquí, cuando lejos ya no nos toca, no nos ve. Momento accidental es el encuentro con la mirada cósmica. Atrás queda la vida. Nuestra vida. Los parques continúan de la mejor manera, es decir, enamorados del aire y las estrellas, comprometidos con la epifanía, pero sin otro signo que lo dado.


¡Cuantos cambios están viviendo de lo eterno! Cuántos tantos, que como estas dos personas, se quisieron y nos regalan su estallido, celebran la amistad con pies y manos. Y que bien habrán hecho que ese fruto, no piensa más que amar, y los recuerda brindando por el destino y por los dones, como la voz de un cuento que gotea.

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