No me asusta el
naranja de los ladrillos huecos
las ventanas de
nylon, ni los mocos por las rodillas
pañuelos sin
madres
miradas sin
infancia,
nunca semana de
la dulzura
más bien una
monedita por favor
No me asusta el
olor a polvo, mate cocido sin revoque
asusta que
piensen
que alguien puede
soñar con usar la autopista de patio.
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