La cabeza no es
el corazón
pero es el gotero
donde se agolpan
las semillas
que quieren mojar
la pacha
¿Qué hará al
terminar la jornada?
¿Guardará alguna
muestra del barro
como prueba de su
amor?
¿Se habrá dejado
crecer las flores
y los brotes
hediendo a ustedes?
¿Será tan fresca
como parecía?
¿Será tan madre
protectora?
¿O se parecerá a
la semilla vieja-
rancia, que la manotea ?
¿Sabrás que lo
se- que los vi
del otro lado del
alambre-
que un colibrí se
alegró porque no soy la víctima?
Estoy entregando
mi historia
descalza al pasto
en algún momento
esperé
que no fueras a
los yuyos
Miro el sol y tus
reclamos
te prohíbo la
entrada,
fuiste a ese
campito
sentís placer
de siembra
pero extrañás a
esta patrona- Yo lo sé, pero si vos no, te comento:
Acabar con dos
personas a la vez no es una orgía.
Perotá Chingó- El tiempo está después (de Fernando Cabrera)
La vida empieza cuando termina la jornada.
ResponderEliminarEso mismo. En varios sentidos, eso pasa.
ResponderEliminarGracias!
Es por lo menos una orgía sangienta.
ResponderEliminarBesos ;-)
Hermoso poema.
ResponderEliminarGracias Mariela, gracias Jorge
ResponderEliminar;)
Delicatessen.
ResponderEliminarmuchas gracias Julián!
ResponderEliminarTodo un descubrimiento.
ResponderEliminargracias Leo, un gusto!
ResponderEliminar