miércoles, 1 de diciembre de 2010

De Miércoles

La verdad es que los miércoles no sé que sentir, siempre se convierten en depresión pos-martes. Martes silencioso, alejado, frío.
Los martes no sé que pasa, se termina el mundo. Entonces el miércoles siento frío escalonado en mi espalda, me anuda el cuello helado, sólido, susceptible de ser quebrado. Me lleno de aire. El cuerpo va, solo va, yo me voy, él hace caso omiso de lo que quiero hacer, por ejemplo reírme un poco antes que termine el día.
Nacer para ganar disgustos, perder el tiempo siendo feliz, loca, no por la  realidad que creo en mi mente, sino por la que me hacen creer.
Hola fantasma, que tal mucho gusto, estás otra vez acá en mi cuarto, en sus letras, voz, en los acordes de la canción más triste.
Catarsis, disco de catarsis o el silencio corrompiéndome el rostro. O el orgullo personal impidiendo todo acto donde el corazón estalle y sangre.
Sublimación ven a mi, salvame de llorar esta noche, dale, dale.
Entonces el miércoles escribo, el abismo me empuja a espiar qué hay abajo, ya sé el final, lo supe ayer, cuando su voz se cayó a la ausencia. Cuando el universo me dijo: preparate. El final.
Los martes pasa de todo menos yo, yo no paso la prueba de los martes en que toca pensar, y seguir.
Dicen que escribo cosas tristes, es miércoles, me toca.

02/12/2010

2 comentarios:

  1. Quien ha visto tu mirada,
    quien ha visto tu sonrisa,
    tu cara desquiciada.
    Replegada en el solaz,
    la abadía de un sol,
    quien ha seguido tus pasos.

    Que será de nuestros nombres,
    que será de nuestro arte,
    que será de nuestros días.
    que anduvimos vagando sin pensar,
    que creamos una melodía eterna,
    la canción del sol.

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  2. No importa el nombre del día, cualquiera puede ser el día

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