lunes, 2 de agosto de 2010

Bolsillo basural

Cuando me miré los bolsillos y los sentí un basural, me vi envuelto en los restos de un querer que nadie busca cuando revuelve. Me vi buscando una mirada que pueda encontrar en mis ojos la persona que no encuentran sino solo cuando doy. Todo lo que perdí por ser, todo lo que pedí al dar, todo lo que arriesgue al vivir, al sentir de más y mantenerme. En pie. Estoy, aunque me llamen dinero que no cagué y me cagaron, la confianza que construí y fundieron. Las heladeras que llenaron cuando sólo quería comer de a dos. Los bolsillos, llenos de facturas que pagué y me olvidé de cobrar, los teléfonos que agendé y no llamaron, las voces que me quebraron la garganta y respiro. Respiro por mi y por el cielo que quise dar y no me dejaron. Respiro por ese amor que va a llegar cuando el dolor se agolpe y se caiga.
Los bolsillos. Alojan las piedras que marcaron mis pies pues regalé mis zapatos a amigos inexistentes. Las palabras que perdí por apostar a la palabra. Se me caen. Me pesan. Me hieren: los secretos que no conté y terminaron muertos, las gracias que me deben los viudos. Los vivos que me mataron colmaron mis bolsillos. Bolsillos, se caen, se rompen, de a poco, y es que ya no entra más basura.
14/06/2010

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